jueves, 4 de mayo de 2017

Las Cartas de la Cautividad: Colosenses, Efesios y Filipenses.


En primer lugar, destacar una breve mención sobre la autoría de las mismas. Tanto Colosenses como Efesios son cartas de un estilo más recargado y elaborado del habitual empleado por el apóstol Pablo, pero no por ello se descarta que pueda ser su autor en base a los contenidos desarrollados que ya están planteados muchos de estos en las cartas corintias, o incluso lo referente al estilo en la propia carta a los Romanos.

Toda la crítica es unánime en aceptar Filipenses como una carta de su puño y letra. Sea Pablo o la escuela paulina la encargada de la transmisión de estas epístolas, sin más preámbulo nos adentraremos en estas mismas para familiarizarnos con sus semejanzas y particularidades a fin de crecer en la relación con Dios y el Señor Jesucristo.

Ciñéndonos al contexto histórico, Colosas fue destruida por un terremoto en el año 61 d.C. Esto nos sitúa la carta unos años antes, en el período en el que Pablo sufre su cautividad en Cesárea tras su arresto en Jerusalén, narrado en el libro de los Hechos. Por otro lado, Epafras colaborador de Pablo ha sido el evangelizador de esta ciudad y el que ha fundado dicha comunidad. De ahí la mención y el reconocimiento que recibe en la misma, además de justificar el deseo paulino de escribirles para mayor crecimiento en la fe y amor al Hijo de Dios.

Según Jordi Sánchez Bosch, en su libro Nascut a temps, Colosenses y Efesios tienen una clave interpretativa común que es el himno sobre Cristo basado en otro anterior. Sin embargo, así como en Efesios se centra sobre la iglesia y se destaca en mayor medida el papel creador de Cristo, por el contrario en Colosenses se enfatiza más la segunda creación, es decir, la reconciliación cósmica, sometiendo cualquier dominio ontológico del mal. 

Es muy importante destacar las categorías de espacio (arriba/abajo) más que de tiempo (antes/ahora)en estas cartas derivadas de esta cristología cósmica.Para este teólogo mencionado, Efesios podría ser una segunda carta destinada a la comunidad de Roma que no llegó a enviarse, razón por la cual a diferencia de las otras dos no se mencionan destinatarios ni se envían saludos de unos hacia otros ni se tratan problemáticas concretas. No parece lógico que obviase esos detalles después de todo el tiempo que estuvo en Efeso -con todo el ministerio que desarrolló tan controvertido y espectacular- si nos atenemos a la fuente de los Hechos de los apóstoles.

Mencionado todo lo anterior, resumiremos las ideas principales de cada una de estas cartas que están relacionadas con las pastorales y de manera muy estrecha con la epístola a Filemón. Nos atendremos a la estructura y orden siguiendo una lectura lineal.

Efesios:

En la forma de saludar Pablo siempre utiliza un epíteto de carácter relacional y de reconocida dependencia de la voluntad divina. «Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios»[1]. No destaca a la manera de los dioses y héroes griegos ninguna de sus cualidades ni ninguna de sus hazañas u obras de servicio. Además, la finalidad de la misiva es la misma. 

Que Dios Padre y el Señor Jesús les concedan gracia (salvación por la fe en el Mesías y no en la Torah-como enseñaban los judaizantes); y paz (no hay que olvidar sus muchos sufrimientos y prisiones en Filipos y Éfeso).

Síntesis de los contenidos:
1.-Alabanza al Padre por habernos bendecido en la geografía celestial, adoptándonos en Cristo como el mayor acto de amor en nuestro favor.

2.-Somos su elección para ser conforme a su plan original, transformándonos en nuevas criaturas ya aquí como anticipo de lo que será después allí. Esto lo sella con el don de su Espíritu Santo.

3.-Dios controla el tiempo histórico del Plan de la salvación humana como lo ha anunciado a través de sus profetas.

4.-Somos de nuevo su alabanza y gloria eterna. Imagen divina restaurada amorosa, bondadosa, sabia y prudente, es decir, pueblo adquirido según el designio de Dios en su Hijo.

5.-Pablo destaca la gratitud que siente por ellos en sus oraciones por la identidad que poseen: fe en el Señor y amor a todos los creyentes. Es por ello, que les desea espíritu de revelación y sabiduría para que lo conozcan mejor; esperen la herencia de la resurrección de los muertos; y ver a Cristo glorificado como nuestra máxima plenitud, pues la iglesia motiva y colma toda su acción.
6.-Somos ciudadanos del reino de los cielos no por la ley de la circuncisión, sino por Cristo y su sacrificio favorable, nuestra paz y nuestro fundamento, pues nos ha rescatado del poder de las tinieblas y de la ira venidera. Todos herederos de YHWH por el evangelio de Jesucristo.

7.-Vuelve a orar por los creyentes para que se haga la voluntad de Dios en ellos como comunidad y sean fortalecidos en el hombre interior, pues más allá de toda circunstancia adversa o sufrimientos, Pablo se considera honrado de servir a Cristo a través de la iglesia no local solo sino universal, la humanidad.

8.-Exhortaciones a que vivan la ética cristiana siendo amables, humildes, pacíficos, pacientes y tolerantes en amor.

9.-Una formulación: «Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.[2]»

10.-Se menciona el listado de dones del Espíritu que son repartidos de manera particular según medida.

11.-La finalidad del pueblo de Dios tiene que ver con ser capaz de servir, y ejercer un pensamiento crítico contra los falsos maestros que potencian una manera de pensar frívola e inmoral que pueda conllevar la costumbre de incurrir en conversaciones obscenas.

12.-Se utiliza la metáfora del vestido para enseñar la contraposición entre la naturaleza divina y la humana. Despojarse de malas pasiones y revestirse de las virtudes del Espíritu para ser semejanza de Cristo. 

13.-Se destaca la alabanza y el canto al Señor Dios desde el corazón con salmos, himnos y cánticos espirituales.

14.-Se dan consejos prácticos para mejorar las relaciones familiares y la educación cristiana de los hijos.

15.-Dios no tiene favoritismos ni acepción de personas por criterios sociopolíticos ni económicos. Se plantea una inversión de roles a nivel religioso delante de Dios. Nadie es más que nadie en dignidad. Esto se dice en un contexto grecorromano donde se entiende la esclavitud como algo natural-según filósofos griegos como Aristóteles, o el pragmatismo político de los césares romanos como Nerón. Sin embargo, está engendrado el embrión de nuestras democracias.

16.-Se destaca la metáfora de la armadura de Dios para la guerra espiritual en la que se encuentra cualquier cristiano en una economía de dificultad a causa de la maldad.

17.-Se enfatiza la importancia de la oración en el Espíritu momento a momento, mediante peticiones y ruegos, de manera altruista e insistente. Pablo les pide que incluso oren por él para que «cuando hable, Dios me dé palabras para dar a conocer con valor el misterio del evangelio.»[3]

Finalmente, Pablo se despide de los efesios presentando a Tíquico, mensajero, colaborador, y fiel servidor en el Señor, que tendrá el privilegio de llevarles noticias positivas para que recobren ánimo a través de este muy querido hermano. Así quedan encomendados al Padre y al Hijo para que les sea concedida la paz, el amor y la fe a los hermanos que aman con amor eterno al Señor Jesús.

Colosenses:

La carta comienza con un saludo y oración agradecida por ellos a la manera ya comentada de la carta a los efesios. Tan solo enfatizaremos aquellas ideas que no se han apuntado todavía en el artículo a fin de no caer en reiteraciones innecesarias. Además, se presenta el misterio universal al que sirve: «Cristo en nosotros, la esperanza de gloria.»[4] 

Es cierto que se menciona a los laodicenses y a los propios colosenses como destinatarios de su sufrido ministerio a fin de que conozcan y amen a Cristo. De la misma manera que en otros escritos paulinos, hay una clara advertencia contra la idolatría de carácter filosófico gnóstica o platónica, y por otro lado, también contra la vinculada a los judaizantes ritualistas. De manera particular los alerta contra la adoración de ángeles o de potencias celestes como los signos del zodiaco a los que culturalmente podían haber dado culto con anterioridad. La crítica tipo a la iglesia de Laodicea en el Apocalipsis es la ambigüedad que no la deja definirse con una clara identidad cristiana.

Por otro lado, hay una contraposición entre el presente como una sombra de la manifestación de Cristo en nosotros, frente a la realidad verdadera futura que supone ver a Cristo glorificado. De ahí la metáfora eclesiológica de Cristo como cabeza unida a su cuerpo que somos el conjunto de creyentes. Unión sin mediación angelical ni casta sacerdotal privilegiada. Cristo es el centro de toda nuestra existencia presente y futura: «Cristo es todo y está en todos.»[5]

Finalmente, aparece la enseñanza de la doble naturaleza, la exhortación para que se dediquen a la oración por las mismas razones explicitadas en Efesios, y un epílogo con despedidas, presentaciones abundantes, recuerdos de sus colaboradores a esta comunidad y a las iglesias del hogar. Destacar a Tíquico que vuelve a ser mencionado como el mensajero al igual que en la carta a los efesios. En definitiva, dos cartas bastante similares que tienen un mismo enfoque casi nos atreveríamos a calificarlas de sinópticas.

Filipenses:

Tanto en la forma de saludar como en la finalidad de la misiva emplea lo ya comentado en las otras dos cartas, salvo la peculiaridad de mencionar a los oficiales de la iglesia: ancianos y diáconos. Misma idea de orar por ellos con gratitud. Mismas ideas comentadas. Una muletilla a destacar de carácter temporal:«hasta el día de Jesucristo o para el día de Jesucristo.»

También es conocida como la carta de la alegría, pese a los sufrimientos en los que se encuentra por el evangelio. Da la impresión de que esta comunidad es muy amada por Pablo y que se da una simbiosis casi perfecta que la hace ser su preferida.Tanto es así que se plantea el dilema de vivir o morir en Cristo. Si les sigue siendo útil en su crecimiento espiritual, en el vínculo con el Señor, prefiere seguir viviendo pese a todas las circunstancias adversas, aunque egoístamente prefiera morir y partir con el Señor a la espera del día de la resurrección. Les anima a resistir y a persistir con el himno cristológico a semejanza de los himnos comentados en las dos cartas anteriores. De inspiración en los cantos del siervo sufriente profetizado por Isaías. 

Además, utiliza la metáfora de que los creyentes son como estrellas en el firmamento por ser sensibles a la luz de la Palabra -haciéndose eco del profeta Daniel de fondo.
Por otro lado, las típicas advertencias contra los judaizantes. Es de destacar la relativización extrema de todo lo que era ganancia para él en el judaísmo por amor a Cristo. Se proyecta al futuro de la resurrección corporal conforme a la imagen del cuerpo glorioso de Cristo. Saludos, y exhortaciones para Evodia y Síntique para que se reconcilien; reconocimiento para Clemente. Elogio de que sus nombres están escritos en el libro de la vida.

Finalmente, concreción de pensamientos en forma de sentencias breves de gran belleza estética, pero de mayor fuerza vital que estrecha su decisión y determinación de pertenencia a Cristo. Como muestra enumero algunos según mis preferencias:

«Para mí el vivir es Cristo» 1, 21
«Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» 3, 14
«Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen» 3, 17
«Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo» 3, 20
«Alegraos doblemente en el Señor siempre» 4, 4
«El Señor está cerca» 4, 5
«Por nada estéis ansiosos, sino que sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias» 4, 6
«Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús» 4, 19



[1]Ef 1,1
[2]Ef 4, 5
[3]Ef 6, 18
[4]Col 1, 27
[5]Col 3, 11

Reseña escrita por el Prof. Jose Manuel López Yuste

No hay comentarios:

Publicar un comentario