Exponente: Doctor Josep Manel Prat
Pablo
es un ciudadano romano nacido en Tarso de Cilicia, ciudad helenizada desde el
66 a.c. y tercer núcleo tras Atenas y Alejandría como escuela filosófica. Judío
de la tribu de Benjamín, (Saulo) nació en una familia de tradición farisaica.
Su
lenguaje y sensibilidad son griegas pero con un discurso semítico. Educado a
los pies de Gamaliel, formará parte de la escuela farisaica liberal. Gamaliel
era nieto de Hillel (40 a.c. – 10 d.c.), cuyo pensamiento propugna una vida
honesta basada en el amor al prójimo, creado a semejanza de Dios: “no hagas a
los demás lo que no quieras que estos hagan contigo”; se considera lícito sanar
en sábado, se acepta con facilidad a los gentiles y pone énfasis en la resurrección.
Representantes de esta línea farisaica liberal los encontramos en Hechos
5:33-39 y 23:9.
El
discurso de Pablo es complejo en cuanto a su sintaxis y muy peculiar. Utiliza
anacolutos con interrupciones, aclaraciones y precisiones intercaladas con
frecuentes elipsis. Es un lenguaje retórico pero próximo al coloquial. Muchas
veces responde a interlocutores ficticios, que aparecen en los diálogos
rabínicos, en la diatriba cínica y en las escuelas filosóficas. Todo ello
agiliza el lenguaje pero dificulta la comprensión y la traducción.
Cita
expresiones de moda en las corrientes filosóficas (eones, pleroma...), a los que emplea con un significado judío.
Eones serán periodos de tiempo y no divinidades menores.
Pablo
será considerado un traidor por parte del judaísmo y por las sectas
judeo-cristianas ebionitas. Una valoración negativa la encontraremos en el
cristiano Juan Masuet Pujeu, para quien la teología de Pablo conducirá a la
formulación de unos dogmas que privarán al cristianismo de su vigor y sencillez
originales. Otras corrientes tomarán a Pablo como modelo exclusivo, como los
marcionitas o los cristianos gnósticos. Para la Reforma la doctrina de la
justificación por la fe será la base de su teología y el argumento que
originará el cisma. Para Mario Saban, Saulo será siempre un rabino judío que
acepta a Jesús como el Mesías prometido.
Pablo
está orgulloso de su ciudadanía romana y confía en su justicia. Debate con
tribunos, procónsules y gobernantes acerca de su fe. En general estos eran
personas cultivadas e interesadas en la filosofía. Galión, que le exculpa en
Hechos 18:12, era hermano de Séneca. No debemos olvidar que el derecho romano
estaba avanzado a su tiempo, tamizado por la Revolución Francesa y divulgado
por Napoleón, será la base de nuestro derecho occidental.
La
epístola a los Romanos fue escrita en Corinto durante su tercer viaje misionero,
y en esta ciudad Pablo encuentra a judíos cristianos que han sido expulsados
por Claudio de la ciudad de Roma, como Aquila y Priscila, quienes le informarán
de la situación en aquella iglesia.
Pablo
debe acudir a Jerusalén con las ofrendas recogidas y allí debe defender su
pensamiento religioso delante de los líderes de la Iglesia; debe precisar
afirmaciones que han despertado problemas tras la divulgación de su epístola a
los Gálatas. Piensa además introducir el evangelio en el Mediterráneo
occidental y quiere establecer unas bases para su próxima visita a Roma.
La
teología de Pablo no es sistemática porque responde siempre a situaciones
concretas. Es una teología aplicada pero con una gran coherencia.
El
centro de su discurso no es la justificación por la fe, sino la comunión con
Cristo, que se resume en la expresión “en Cristo”, y la fe es solo el
instrumento que nos permitirá adherirnos a Él. Tenemos ya la vida en Cristo
pero “todavía no”. Liberados del cuerpo
y del mundo estamos todavía en el cuerpo y en el mundo. Nuestra esperanza se
basa en la muerte y resurrección de Cristo como hechos inseparables que dejan
de tener sentido si se disocian (Romanos 4:25).
Según el pensamiento judío, Moisés está en los
lomos de Abraham y su mensaje no puede contradecirle, y es que la fe resulta
anterior a la circuncisión. Para el creyente su cabeza generacional ya no será
el primer Adán sino Cristo.
El
bautismo supondrá el paso del Adán terrenal al Adán espiritual que permitirá
nuestra reconciliación con Dios. Somos nosotros los que nos reconciliamos con
Dios, los que debemos cambiar (Romanos 5:10); no es Dios el que debe cambiar su
actitud, que es el enunciado de la doctrina de la “satisfacción”. Para Pablo y
E. White el sacrificio de Jesús es el efecto del amor de Dios y no su causa.
Quien muere en la cruz con Jesús es nuestro viejo hombre para poder renacer a
una nueva vida mediante la resurrección a una nueva criatura.
Dios
predestina a todos los hombres a la salvación pero preconoce (“conoció de
antemano”) la respuesta de estos. Esa es su voluntad de derecho; pero la
actitud del hombre la limitará (voluntad de hecho). En este sentido nos
adherimos a través de la herencia metodista a la posición semi-pelagianista de
Arminio.
La
doctrina de los dos Adanes está tomada de la literatura rabínica, pero Pablo
invierte el orden, porque para él el segundo Adán es espiritual y en esto
coincide con la especulación de Filón de Alejandría, filósofo judío para quien
el segundo Adán es el Logos, el primogénito de Dios. La forma literaria en que Pablo
transcribe su relato recuerda una simetría, pero existe una diferencia
fundamental. Cuando alude a todos los que resucitan marca una profunda
diferencia para aquellos que reciben “la gracia y el don gratuito de la justicia”
(Romanos 5:17, texto paralelo al de 1ª de Corintios 15: 21-23 “los que son de
Cristo”). Porque aunque todos resuciten solo estos últimos lo harán para vida
eterna, la diferencia estribará en que han aceptado la provisión de salvación que
la vida y el sacrificio de Cristo nos ofrece.
[Reseña escrita por el Doctor Josep Manel Prat]
PRÓXIMA REUNIÓN, sábado 4 de Marzo,
en Carrer Urgell 133, a las 17 h.,
LA CARTA A LOS CORINTIOS,
a cargo del Profesor Jose Yuste.
Si deseas compartir tu experiencia de lectura
sobre la Epístola a los Romanos, te
invitamos a las sesiones de Club de
lectura
que tendrán lugar los viernes 24 de febrero y 17 de marzo a las 19 h.,
en Carrer Urgell 133.
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